Este pueblo fue edificado por los colonos franceses, a las afueras de la ciudad de Kampot, y no escatimaron vidas camboyanas para crear su pequeño París. Palacetes, viviendas, tiendas, oficina de correos, salón de bailes, el gran Hotel casino “Bokor Palace”, la iglesia…, todo lo necesario para que los colonos no tuviesen que relacionarse ni viajar a las húmedas y mal olientes macro ciudades camboyanas.
Pasados unos años y terminada la época colonialista, la ciudad pasó a manos del gobierno y desde entonces, las lluvias y la naturaleza se han encargado de otorgar a aquellas monumentales ruinas unos matices realmente impresionantes y fantasmagóricos.
Échale un vistazo al Hotel Bokor: